Se rigen por los preceptos del Corán. No cobran ni pagan intereses ni financian proyectos relacionados con el alcohol, las armas o el juego. Tras el éxito local, ahora van por los no musulmanes.
El sueño de la mayoría de los argentinos posiblemente se encuentre en Indonesia. Sí, leyó bien, en Indonesia. Sucede que en este país de 230 millones de habitantes -de los cuales casi un 90% profesa la fe musulmana, cifra que lo convierte en el país con mayor número de musulmanes del mundo-, están en auge los bancos islámicos que se rigen bajo los preceptos del Corán. ¿Pero qué diferencia tienen con nuestro sistema financiero? Uno de los puntos clave, que seguramente dejaría con los pelos de punta a más de un prestamista, es que estos bancos no cobran intereses. Como el Islam condena la usura, el cliente que adquiere un crédito no debe pagar ni un centavo más del dinero que recibió prestado. Pero, claro que la moneda tiene otra cara y es que estos bancos tampoco pagan intereses si un ahorrista quiere “hacer crecer” su dinero, por ejemplo, en un plazo fijo. Continua en Sugoi
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