Ante las presiones de los ecologistas y tras cuarenta años de contaminación indiscriminada, la planta de Ence en Pontevedra, España, tiene sus días contados: todo parece indicar que deberá ser relocalizada, dejando el lugar contaminado con mercurio y dióxido de cloro. Sin embargo, Uruguay sigue considerando que es un territorio propicio para plantar eucalipto. Esa es una de las razones por las que Ence construyó su planta de elaboración de pasta celulosa en Fray Bentos. Además de los incentivos para las inversiones extranjeras en forestación, otra de las razones fue la ley forestal uruguaya, sancionada una década antes que la argentina. La planta que la empresa posee en Pontevedra sirve para conocer el oscuro futuro ambiental de Fray Bentos con casos de cancer, asma y conjuntivitis como una de las consecuencias.
La planta de Ence en Fray Bentos es casi una réplica de la que la empresa tiene en la ciudad de Pontevedra, en el norte de España, más precisamente a orillas del río Lérez. Los habitantes de Pontevedra no quieren la planta: un antecedente reciente data de 2002, cuando la Asociación para la Defensa de la Ría logró que Ence fuera condenada por delito ecológico y a pagar una multa de 30.000 euros, además de una pena de cinco meses de prisión en suspenso. Incluso la empresa tuvo que pagar 433.000 euros en concepto de responsabilidad civil por daños a la Xunta de Galicia.La Xunta de Galicia privatizó los analisis de contaminación. Ence los encarga a auditores privados. Las historias clínicas de los pacientes afectados por la pastera desaparecieron. Estos antecedentes son demasiados como para no sospechar de Ence, principal interesada en ocultar datos desfavorables que lleguen a probar el daño que ocasiona en el medio ambiente. Continua... en Seprin
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