Hoy lei la nota en la Revista Viva de Clarin esta historia hecha libro
Durante la madrugada del domingo 15 de marzo de 2004, Diego Duarte, quince años, ojos color café, sesenta kilos, se internó en el basural del CEAMSE de José León Suárez junto con su hermano Federico. Fue en busca de metales o cualquier otra cosa que se pudiera vender: Diego no quería que Federico fuera al colegio con las zapatillas rotas. Por eso se arriesgó en la montaña de basura, un terreno prohibido, abismal, vigilado.
Cuando vio el móvil policial, se ocultó bajo un cartón entre los desperdicios. Murió pocos minutos después, sepultado por un alud de basura que inició una de las topadoras del CEAMSE. Su cuerpo permanece desaparecido.
El crimen sigue impune.
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