Raif Badawi fue condenado por crear un foro online para expresar libremente su opinión. La Corte Criminal saudita le aplicó la pena más dura que se podía esperar: 1.000 latigazos administrados en 20 tandas de 50 azotes. El escenario para cumplir la pena fue cuidadosamente elegido: desde el 9 de enero se lo tortura cada viernes después de las oraciones en la plaza pública de la ciudad de Jiddah, para aleccionar a los ciudadanos.
Hoy, cuando debía atravesar la segunda serie de golpes, las autoridades sauditas debieron aplazarla por razones de salud. Por la mañana fue trasladado a la enfermería de la cárcel para verificar si sobreviviría a los azotes y el médico determinó que las heridas aún no habían curado adecuadamente y que no podría soportar otra sesión de tortura. Una vocera de la Organización de Derechos Humanos Al Karama confirmó la suspensión porqueBadawi "no iba a resistirlo". Al endeble estado físico producto de la primera tanda de flagelaciones, se sumó la presión que han ejercido la comunidad internacional y las ONG sobre las autoridades sauditas para que cancelen la pena.
"Este caso supone desde el principio una violación de los derechos humanos, porque todo lo que ha hecho es expresar su opinión de una manera pacífica", afirmó la vocera. Los grupos de derechos humanos aseguran que la condena se enmarca en la campaña contra los críticos de la familia real.
Los castigos no son la única sanción que recibió el bloguero, el 2 de septiembre pasado también lo sentenciaron a 10 años de cárcel y a pagar una multa de 266.000 dólares. El bloguero está arrestado desde mediados de 2012 y su sitio, Free Saudi Liberals, fue bloqueado por las autoridades del régimen.
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