LPOEnmascaró su retroceso detrás de un pedido del Consejo de Defensa que preside al Tribunal Supremo.
Mientras los cancilleres de la región se aprestaban esta mañana a reunirse en Buenos Aires para analizar la crítica situación de Venezuela, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) anunció que había aceptado la sugerencia del Consejo de Defensa (Codena) y devolvía a la Asamblea Nacional sus competencias.
Se trató de una puesta en escena para enmascarar lo obvio: Maduro empujó el autogolpe del TSJ y ante el repudio internacional, lo desactivó.
El Consejo de Defensa fue convocado esta madrugada por Maduro, que lo preside. Lo integran su vicepresidente, Tarek El Aissami, así como el presidente del TSJ, el presidente del Consejo Moral Republicano y los ministros de Defensa, la Seguridad Interior, Relaciones exteriores y Planificación y el presidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges, que no asistió a la reunión.
Maduro tuvo que retroceder también por las fuertes disidencias internas que causó el autogolpe, visualizadas por condena de la chavista fiscal General de Venezuela, Luisa Ortega, quien calificó la sentencia del TSJ como "una ruptura del orden constitucional". Esto obligó a Maduro a reaparecer y contestarle: "En Venezuela la única ruptura del orden constitucional la encabezó la derecha fascista en 2002", cuando intentó derrocar a Hugo Chávez.
Pero golpeado por la disidencia de la fiscal que puso en crisis toda la jugada, Maduro anunció que intentaría mediar entre los poderes y convocó al Codena.
En su lectura del comunicado de la resolución de hoy del Codena, el vicepresidente El Aissami pidió que los desequilibrios y conflictos entre las distintas ramas del Poder Público Nacional se encaucen "mediante los mecanismos de control constitucional y la colaboración entre poderes".
Además de elogiar los "loables esfuerzos" del presidente Maduro de buscar soluciones para resolver los conflictos "mediante el diálogo constructivo", y exhortar a la oposición venezolana a "incorporarse sin demora al diálogo nacional promovido por el Jefe de Estado".
La jugada fue desenmascarada de inmediato por el opositor Borges: "Este esfuerzo que hace Nicolás Maduro es para quitar la presión a un Golpe de Estado que él ha dado", que además catalogó la reunión del Codena como "un circo para que el mundo crea que en Venezuela hay normalidad".
Es que el autogolpe de Maduro borró de un plumazo un límite que en vida Hugo Chávez siempre cuidó: La apariencia de normalidad democrática de su régimen.
En sus decisión de este sábado el TSJ también suprimió otro fallo que había retirado la inmunidad a los parlamentarios.
Sin embargo, en el acuerdo de esta mañana se ratifica que el TSJ, que está controlado por Maduro, como quedó claro en las últimas 48 horas.
Maduro, después de tres días de silencio, buscó así mostrarse como el mediador entre los poderes y a la vez quitarse el estigma de dictador.
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