Horror y descontrol en la morgue de La Plata
"Enterré a mi papá dos veces", dijo la mujer. Del otro lado de la línea, Soledad Escobar, una vecina de La Plata que empezó a colaborar en la investigación del juez Luis Arias sobre las muertes en la ciudad después de la inundación del 2 y 3 de abril del año pasado, creyó que se trataba de una broma de pésimo gusto. Pero con el correr de las semanas se verificó que aquella mujer decía la verdad, cuando salieron a la luz múltiples irregularidades en la morgue, donde restos de perros compartían espacio con fetos putrefactos. Y que cuerpos sin nombre yacían con los nombres de otros ya enterrados.
La mujer, Gabriela, empezó a aportarle a Escobar muchos más datos y precisiones.
Explicó que estaba distanciada de su padre y de otros miembros de su familia, que los trámites para su entierro demoraron meses y que cuando al fin se concretó, en noviembre, llamó a su tía para avisarle. Pero la respuesta que recibió la descolocó: "Imposible, a tu padre lo enterramos en enero".
Así, según verificó luego el juez Luis Arias, dos cuerpos salieron con la misma identidad de la morgue policial del cementerio de La Plata. Incluso, el fiscal en turno había ordenado que los doscadáveres se anotaran en el Registro de las Personas con el mismo nombre y apellido, y este organismo tampoco detectó la irregularidad. Y ambos se enterraron, con el mismo nombre y número de documento, pero con más de 10 meses de diferencia, en el cementerio público de La Plata.
¿Cuál de los dos cuerpos correspondía al padre de Gabriela? Y el otro cuerpo, ¿de quién es? ¿Dónde está la familia del segundo cuerpo mal identificado y entregado por error? ¿Acaso nunca reclamaron porque habían recibido, a su vez, otro cuerpo equivocado? El equipo del juez Arias pensó en otra hipótesis. ¿Podía ese cuerpo ignoto corresponder a otro fallecido oculto de aquellas horas trágicas de la inundación de hace casi un año?
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