Popularmente se los bautizó como los Héroes de Barracas. Hoy hace exactamente un año que murieron los 8 bomberos y los 2 miembros de Defensa Civil. Fue en el incendio y derrumbe del gigantesco depósito de la empresa Iron Mountain. ya pasó un año y yo me hago la pregunta que siempre nos tenemos que hacer los periodistas. ¿ Que pasó? ¿Quién tuvo la culpa de tanta muerte? ¿ La responsabilidad de ese siniestro en todo el sentido de la palabra siniestro es solo del destino ? ¿Se puede encarcelar al destino o meter presa a la fatalidad? ¿Alguien pagará por esto? .¿ O una vez mas tendremos que acostumbrarnos a la palabra impunidad seguida de muerte? ¿ Le interesa a alguien la muerte de estos argentinos que dieron la vida por nosotros? ¿ A alguien le importa si tienen justicia y pueden descansar en paz? ¿ Algún día se sabrá lo que pasó?
Ya pasó un año y las sirenas siguen llorando por ellos.
Cuando se cumplió un mes, yo le dije esto:
Estamos en el 857 de la calle Moreno en Lanús Oeste.
Vinimos a hacer un humilde homenaje con nuestro programa. Estamos en el corazón emocionado del cuartel de bomberos voluntarios que será rebautizado “Subcomandante post mortem Eduardo Adrián Conesa” en agradecimiento a quien entregó su vida por sus semejantes hace exactamente un mes, en la tragedia de Iron Mountain.
Vinimos a hacer un humilde homenaje con nuestro programa. Estamos en el corazón emocionado del cuartel de bomberos voluntarios que será rebautizado “Subcomandante post mortem Eduardo Adrián Conesa” en agradecimiento a quien entregó su vida por sus semejantes hace exactamente un mes, en la tragedia de Iron Mountain.
Es nuestra manera de comprometernos y de darle un abrazo a su familia y a sus compañeros. Traer lo mejor que tenemos que es nuestro trabajo a esta fábrica de solidaridad que es un cuartel de bomberos. Confieso que me estremecí hasta los huesos y me corrió un frío por la espalda cuando Juan, uno de sus grandes amigos, me mostró el perchero número 14. Allí, Eduardo, colgaba sus cascos, sus botas, su ropa antiflama y hoy ese perchero está vacío. En esa ausencia está su presencia permanente. Asi lo resolvieron sus amigos. Nadie mas ocupará ese lugar que va a pertenecer para toda la eternidad a quien en vida era el oficial tercero Eduardo Adrián Conesa.
Aquel día maldito yo les conté que para nuestra compañera Marcela Giorgi en particular y para este programa en general, Eduardo Adrián Conesa no era solamente uno de los bomberos que murió en Barracas. Su muerte, como la del resto de los muertos, nos conmueve por todos lados. Nos sacude el corazón de lágrimas porque son hermanos argentinos que murieron por nosotros. Viven y mueren al servicio de todos. Son solidarios hasta el extremo de entregar su propia existencia. Saben los riesgos que corren y deciden correrlos para hacer el bien sin mirar a quien.
Aquel día maldito yo les conté que para nuestra compañera Marcela Giorgi en particular y para este programa en general, Eduardo Adrián Conesa no era solamente uno de los bomberos que murió en Barracas. Su muerte, como la del resto de los muertos, nos conmueve por todos lados. Nos sacude el corazón de lágrimas porque son hermanos argentinos que murieron por nosotros. Viven y mueren al servicio de todos. Son solidarios hasta el extremo de entregar su propia existencia. Saben los riesgos que corren y deciden correrlos para hacer el bien sin mirar a quien.
Eduardo además, era alguien muy especial. A los 47 años era bombero las 24 horas y encima, sus dos jóvenes hijos, también se sumaron a esa actividad que siempre está apagando fuegos, atacando emergencias, defendiendo el bienestar de nuestras familias y el valor de nuestras cosas mas personales. Facundo de 18 años, Agustín 16 y Gonzalo de apenas 12 añitos lo van a extrañar hasta el infinito, pero van a sentir el orgullo en el pecho de ser los hijos de Eduardo. ¿Se entiende lo que digo? Eduardo era tan solidario que metio a dos de sus propios hijos en la misma entrega. Era cabo primero de bomberos de la Policía Federal y ademas, era voluntario en Lanus, su lugar en el mundo, el territorio de sus sueños, allí en la calle Emilio Castro. Y fue uno de los motores principales para cruzar el arte con la ayuda hacia los demás. Entendió como pocos que se debe amar al prójimo como a uno mismo. Eduardo, siempre estaba preocupado para lograr una mejor capacitación de sus colegas. Para tener mejores herramientas y salvar la mayor cantidad de vidas.
Y lo hizo con su propio esfuerzo, con su propia sudor y sus propias lágrimas. Hizo festivales de rock con los grupos locales que no tienen donde mostrar su talento. Y juntó fondos para un pibe que necesitaba viajar a China por un transplante de células madres. Y para los inundados de La Plata. Y caradura y corajudo como era, consiguió que actuaran Ataque 77 y hasta el Pelado Cordera quien seguramente cantó para gambetear la muerte. Y un día fue la propia Marcela Giorgi la que llevó su espectáculo a esas tablas de Lanus. Y presentó: “Ellas, hay una sola”.Y desplegó todas sus virtudes artísticas para hacer su aporte a la comunidad.
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