Daniel Scioli al votar esta mañana junto a su hija Lorena y Karina Rabollini.
Los primeros relevamientos de Cambiemos sobre el estado de la elección confirman un rumor que se había instalado con intensidad en la semana previa al comicio: La dificultad del kirchnerismo para garantizar la fiscalización en el Conurbano bonaerense.
La sorpresa de los coordinadores operativos de Cambiemos fue mayúscula esta mañana cuando detectó ausencia de fiscalización del kirchnerismo en históricos bastiones peronistas como Almirante Brown y Quilmes.
Bien mirado, parece una consecuencia lógica del resultado de la primera vuelta. En ambos municipios perdieron los históricos jefes políticos del distrito, Darío Giustozzi y el “Barba” Gutiérrez. El primero de ellos, como reveló LPO, pasó del kirchnerismo al massimo, luego regreso al FPpV y cuando cayó ante el sciolista Mariano Cascallares, ahora tendió lazos con el PRO vía Emilio Monzó.
Sin embargo, el propio Cascallares desmintió esta información a LPO: "Nos sobran los fiscales por mesa", afirmó. Aunque cerca suyo reconocieron que Giustozzi se reunió con Mnzó. De manera, que lo que se observa en algunos distritos es que el peso de la fiscalización recayó sobre las espaldas del núcleo más cercano a Scioli.
En tanto que “El Barba” tuvo una humillante derrota ante el chef macrista Martiniano Molina, luego de llegar exhausto a la elección por una agotadora e interminable interna con la Cámpora.
Hasta ahora los únicos incidentes dignos de mención de la elección se registraron en La Rioja, donde Cambiemos denunció rotura y desaparición de boletas y en Ensenada y Lomas de Zamora, donde al abrir las urnas detectaron que las boletas de Cambiemos estaban cortadas.
El tema incluso estalló en las redes sociales, luego de la primicia de LPO y se recordó que hasta fue "denunciado" en el muro del Facebook de la propia Cristina Kirchner.
Pero el fenómeno de las dificultades del FpV para fiscalizar el Conurbano podría ampliarse en las próximas horas. Es que el mal resultado en la primera vuelta desalentó las ganas de invertir en la fiscalización de los intendentes que ya se aseguraron su distrito o directamente lo perdieron.
Y como le ocurrió en la elección del 2003 a Carlos Menem, en el kirchnerismo crecen por estas horas las acusaciones cruzadas sobre fondos para fiscales que no llegan a “las bases”, apuntando entre otros al camporista José Ottavis.
Incluso, con el paso de las horas empezaron a circulas quejas de falta de fiscales en regiones enteras como la Patagonia, donde según comentaron a LPO desde los sectores opositores "los kirchneristas dejaron acéfala la fiscalización". Es decir, librada a la buena voluntad de los verdaderos militantes. Lo mismo se vio en otras provincias del centro norte.
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