Visita. Macri y Bachelet volverán a verse las caras, esta vez en Santiago, como ya ocurrió en Buenos Aires el 10 de diciembre cuando asumió el argentino. Foto Reuters
Las administraciones de Mauricio Macri y Michelle Bachelet buscaron mantenerlo fuera de la prensa esta semana, pero es sin duda el primer roce diplomático entre ambos. Concretamente, el Gobierno está presionando a su contraparte trasandina para que una minera vecina retire sus desechos, arrojados hace años en la localidad sanjuanina de Calingasta.
En una dura sesión que tuvo lugar el miércoles en las comisiones de Ambiente y Desarrollo Sustentable y Relaciones Exteriores del Senado, el vicecanciller Carlos Foradori señaló que este conflicto medioambiental“no es un problema de dos empresas privadas sino de territorialidad de dos repúblicas”, la de Chile y la Argentina. "El reclamo es a un Estado, al Estado de Chile, no a una empresa", insistió para luego advertir que lo que ha habido es un reconocimiento del error de parte de Chile “por lo que esperamos que se proceda como es debido”. El problema es que los Kirchner, para no confrontar con los gobiernos chilenos, dejaron el problema en manos de los privados y ahora el Estado argentino asumió la divergencia que tiene varias aristas.
El Gobierno contó con el apoyo del resto de los actores políticos. En la sesión participaron 15 senadores, el embajador en Chile José Octavio Bordón, quien ahora rara vez se relaciona con la prensa; el gobernador de San Juan, Sergio Uñac y Alberto Valentín Hensel, el ministro de Minería de San Juan. Dos legisladores están especialmente pendientes de esta cuestión, Julio Cobos y Fernando Pino Solanas, quien viene fogoneando incluso el cierre de este proyecto minero. Por otra parte, la canciller Susana Malcorra recibió antes de viajar a Estados Unidos al gobernador Uñac, con quien habló entre otros temas de este conflicto.
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