LPOLa Nación fija hasta un 15% de los salarios y el año pasado garantizó las clases. Pero Macri fue por otro lado.
Presidencia
A tres meses de asumir, el ministro de Educación, Esteban Bullrich, sentó a los gremios docentes nacionales, subió un 40% el salario mínimo, duplicó el incentivo docente a 1210 pesos y allanó el camino para que todos los gobernadores cerraran sus paritarias e iniciaran las clases sin problemas.
Obsesionado por reducir el déficit fiscal, este año Mauricio Macri eligió el camino inverso y usó a María Eugenia Vidal para darles el mensaje a los gobernadores: La Nación no negociaría paritarias y respaldaría un techo del 18% en las provincias, con una cláusula gatillo para actualizar por inflación si se desbordara esa pauta.
Justificó su decisión en el acta firmada el año pasado con los gremios nacionales que fijó que el docente debía cobrar al menos un 20% por encima del haber mínimo, negociado cada abril en el Consejo del Salario. Sería allí y no en una paritaria nacional donde se defina el piso salarial de un maestro, pese a que la Ley de Financiamiento Educativo ordena explícitamente en su artículo 10 que el Estado la convoque. Comenzaron a realizarse en el 2008.
Pero nada aclaró sobre el Fondo de Incentivo Docente (Fonid) y el Compensador, ambos pagados por la Nación, el último para completar los haberes en las provincias más pobres.
Macri miente cuando dice que no paga sueldos, porque cuaquier recibo de salario dice 1200 pesos del Fonid, que lo paga la Nación, explica el titular de UDA, Sergio Romero.
"Macri miente cuando dice que no paga sueldos, porque cualquier recibo de salario dice 1200 pesos de Fonid, que lo paga Nación", explicó a LPO Sergio Romero, titular de la Unión de Docentes Argentinos (UDA) y animador de la marcha multitudinaria de este miércoles.
"Mientras no haya convocatoria a paritaria nacional el plan de lucha sigue. Ahora con el paro de la CGT el 6 de marzo y luego con más medidas de fuerza", anticipó.
Romero fue el primero en advertir el error de cálculo político de Macri, que pensó tener un apoyo de los gobernadores para ponerle techo a las paritarias, pero olvidó que jamás se solidarizarían con él si los gremios le pedían más incentivo docente.
Cuanto más pague la Nación, más margen para negociar tienen los gobernadores y por lo tanto si el reclamo confluye en Plaza de Mayo sobrarán motivos para golpear la puerta de la Casa Rosada y pedir fondos, su mayor costumbre, sea cual sea su color político. Por otro lado, es verdad que a los gobernadores los incomoda la paritaria nacional docente porque fija un piso que luego utilizan los otros gremios estatales de su provincia. Pero queda claro que no parecen estar dispuestos a consumir capital político defendiendo a la Rosada.
Macri quedó molesto con muchos de ellos porque corroboró que el fondo compensador no siempre va directo a los salarios docentes. "A veces hacen pavimento y dicen que es para accesos a escuelas", afirman en el Gobierno.
Para evitar desvíos, el presidente le encargó a Rogelio Frigerio sumar el fondo paulatinamente a la devolución de coparticipación federal que empezará a hacerse a las provincias.
"Macri no entiende que lo que nos importa es que la plata llegue a los recibos de sueldo y se actualice año a año", completó Romero.
¿Y el incentivo docente como queda? Nadie sabe. El Gobierno dice que lo definirá tras la suba del salario mínimo, pero los gremios no tienen certeza y dicen que en estas condiciones no pueden negociar el total de su salario.
Fue lo que le reclamó Graciela Camaño a Marcos Peña en su visita a Diputados, donde el jefe de Gabinete insistía en que la ley nacional de educación no obligaba a paritarias nacionales.
"Lea todo la ley y verá que su espíritu dice que la Nación debe garantizar el salario", le replicó la diputada massista. Alcanza con la primera oración del artículo 9: "El Estado garantiza el financiamiento del Sistema Educativo Nacional", agregó Camaño.
¿Y el incentivo docente cómo queda? Nadie sabe. El Gobierno dice que lo definirá tras la suba del salario mínimo, vital y móvil que se suele negociar a mitad de año. De manera que los gremios no tienen certezas de que va a pasar en esa instancia y por lo tanto no pueden negociar el cien por cien de sus salarios. Por eso piden paritaria nacional.
Existe además un motivo más de fondo, la paritaria nacional es la razón de ser de la existencia de gremios nacionales como Ctera, que empezaron a peder poder real a partir de la descentralización de las escuelas a las provincias que instrumentó Carlos Menem. La decisión del kirchnerismo de finalmente reinstalar una paritaria nacional los volvió a ubicar en el tablero.
Ahora, temen que este paso al costado del gobierno nacional sea otra vuelta de tuerca en un proceso de sacar a la Nación del rol de articulador de la educación en todo el país, que se podría ver acompañada con una reducción incluso de los programas y estructuras del ministerio, que en los hechos está ocurriendo.
La marcha nacional cambió los planes de Macri: avanzar con su plan maestro de educación para mejorar el nivel de las escuelas públicas.
Su próximo paso será elegir 3000 escuelas de todo el país para poner en práctica mejoras inmediatas y exhibirlas. De sueldos, él no quiere hablar.
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