La sala flotante de juegos de azar continúa en la mira de los gremios. Sin embargo, una denuncia con casi cuatro años de antiguedad sigue siendo el fondo de la disputa.
El reclamo sindical de los marítimos ya generó más de diez días de parálisis en el casino flotante, mientras que los empleados vinculados con el juego rechazan la protesta y exigen la reapertura. Pero la realidad cambia según quien cuente la historia.Por un lado, los marinos mercantes se basan en una vieja denuncia por contrabando radicada por el mediático abogado Ricardo Monner Sans. En la misma explica que cuando importaron el buque donde hoy funciona el casino, no se abonaron los impuestos correspondientes porque un decreto firmado por Carlos Menem permitía importar barcos sin pagar derechos si éste estaba destinado a navegar. Fue así como hasta hace un par de meses la embarcación recorría el Río de la Plata varias horas diarias para justificar dicho beneficio impositivo. Es desde entonces que el gremio naval exige la presencia "de personal idóneo para cumplir con las tareas de navegación".El secretario general del Sindicato de Obreros Marítimos, Omar Suárez, reclamó que pasen a su gremio los casi dos mil trabajadores, que en su mayoría están nucleados en el Sindicato de Juegos de Azar.La otra versiónQuienes quieren revertir los reclamos de encuadramiento sindical explican que si bien el barco ingresó desde Uruguay como una importación temporaria, tras la denuncia por contrabando, la empresa pagó aranceles por casi 4 millones de pesos. De esta forma, el buque no necesita continuar con sus salidas y menos aún requiere de la incorporación de marinos. Pero por ahora se trata de versiones contrapuestas entre las partes involucradas. via Infobae
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