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6 de junio de 2008

¿Y dónde está el zepelin que le costó a Arslanián US$180.000?


La gestión del ex ministro de Seguridad bonaerense compró en 2007 un dirigible por el que pagó US$180.000, para patrullar desde el aire el Conurbano. Sin embargo, hasta hoy se desconoce su paradero.CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente 24).- En abril, un diario platense informaba en exclusiva que el ex ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires había adquirido un dirigible para monitorear y resguardar desde el aire la seguridad de los bonaerenses. "(León) Arslanián compró un dirigible", revelaba al matutino entonces una fuente de la fuerza a Trama Urbana, en estricto off de récord.

Pasaron dos meses, la insólita información fue confirmada por una altísima fuente de la cartera dirigida por Carlos Stornelli, también en off, pero sin dejar resquicio para la duda. El problema es que nadie sabe dónde está guardado. Algunos jefes policiales creen que puede estar en la División Aeronáutica, otros estiman que en la Aduana, pero la verdad es que nadie conoce su paradero.

Pero este no es el único problema: el cuerpo de efectivos de la fuerza de seguridad de la Provincia no cuenta con personal especializado en el manejo de esta clase de aparatos. Para operar este tipo de equipos se necesita de 18 hombres, segun informa hoy el diario platense 'Hoy', y una inversión de US$2.400 por hombre.

El dirigible fue adquirido por la gestión de Arslanian en 2007 a un costo de US$180.000. La idea que intentó aplicar el ex funcionario registra antecedentes en varios países, como por ejemplo, Venezuela.
En abril de 2007 Hugo Chávez lanzó un zepelín para patrullar Caracas y anticipó que a finales de este año habría 32 globos aerostáticos más, dotados con cámaras, para resguardar la seguridad de los casi 5 millones de habitantes de la violenta capital bolivariana.
Aquel dirigible de 15 metros costó US$465.000 y fue construido por la firma norcoreana HanGIS, envía imágenes a un centro de comando y desde allí la policía lo programa por control remoto.
Sin embargo, según la prensa de Caracas, el zepelín no gozaba de buena fama entre los habitantes promedio, que lo consideraban un derroche de dinero, poco práctico en condiciones climáticas adversas, o un modo de que el controvertido y verborrágico presidente controle todo y a todos desde las alturas.
Acá, el debate -no extendido por falta de difusión- se ajustó a dos cuestiones: la eficacia real de un dirigible (aunque puede capturar imágenes de altísima fidelidad en sitios complicados y sin arriesgar vidas) y -en tono de broma- cuánto podían tardar en "bajarlo". "Dicen que tenía impreso el logo de la Bonaerense", bromeó un jefe al matutino platense, "te imaginás cómo podrían probar puntería?".

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