Al término de dos semanas de conversaciones sobre un acuerdo internacional de telecomunicaciones que se llevó a cabo en Dubai, Argentina sumó su voto a favor de que a partir de ahora los gobiernos puedan controlar los contenidos que circulan por Internet.
El artículo más polémico del acuerdo dice: “Los Estados Miembros deben tomar las medidas necesarias para evitar la propagación de comunicaciones masivas no solicitadas y minimizar sus efectos en los servicios internacionales de telecomunicación. Se alienta a los Estados Miembros a cooperar en ese sentido”.
Esta posición, encabezada por China y Rusia, fue acompañada por el voto de 89 países, entre los que están Irán, Sudáfrica, Colombia, Uruguay, Chile, Cuba, Venezuela, México, Paraguay, Alemania, Italia, Holanda, España Suecia, República Checa, y varios países de Africa, entre otros.
Estados Unidos y sus aliados europeos, la rechazaron.
Así, Argentina firmó, aunque con reservas, una regulación de la red de redes . Otros 88 países también lo hicieron. Y 55, finalmente, decidieron no votarlo.
Argentina dijo que se reserva “el derecho a adoptar toda medida que considere necesaria, según leyes locales y según el derecho internacional, para salvaguardar así los intereses nacionales en caso de que otros estados miembro no cumplan con las Actas Finales de la Conferencia Mundial sobre Telecomunicaciones Internacionales (Dubai 2012) o en caso de que las reservas expresadas por otros estados miembro afecten los servicios de telecomunicación internacional de la República Argentina o sus derechos soberanos”.
La negativa norteamericana fue secundada por Canadá y varios países europeos. Las conversaciones se realizaron bajo los auspicios de la Unión Internacional de las Telecomunicaciones (UIT), organismo de Naciones Unidas.
El áspero fin de la cumbre no significa que vayan a interrumpirse de la noche a la mañana las llamadas internacionales o el tráfico de Internet a través de las fronteras. Los países que aprobaron el documento final podrán implementarlo de manera individual y los no firmantes aplicarán acuerdos separados en su lugar.
Estados Unidos sostuvo de forma repetida que Internet no debía ser mencionado en el tratado, que aborda cuestiones técnicas como conectar las llamadas telefónicas internacionales, ya que al hacerlo ello podría conducir a frenos para la libertad de expresión y al reemplazo de la forma existente de control de Internet de abajo hacia arriba por un modelo controlado por los gobiernos . “No podemos apoyar un tratado que no es solidario con el modelo de manejo de Internet de múltiples partes interesadas” dijo Kramer. Sus palabras se conocieron poco después de que la UIT anunció la aprobación de la versión final del texto.
Un grupo de países liderados por Rusia y que incluyó a China y al país anfitrión, Emiratos Arabes, argumentó en las negociaciones que Internet debía figurar dentro de las conversaciones porque su tráfico viaja a través de las redes de telecomunicación .
El objetivo de las conversaciones, lideradas por Mohamed Nasser al-Ghanim, director general de la Autoridad de Regulación de Telecomunicaciones de Emiratos Arabes, fue revisar un documento cuya última actualización fue en 1988, cuando Internet se encontraba en sus primeras etapas de desarrollo.
Se sabía que el acuerdo no iba a ser fácil, pero al igual que la mayoría de los organismos de Naciones Unidas, la UIT intenta actuar por consenso y recurrir al voto de la mayoría si eso falla.
EE.UU. interpretó al texto como un apoyo a un cambio en el manejo de Internet para colocarlo bajo el marco regulatorio de la UIT. En la actualidad, Internet es supervisada por un grupo disperso de organizaciones, mayoritariamente del sector privado.
La conferencia de la Unión Internacional de Telecomunicaciones había comenzado el 3 de diciembre y se extendió hasta ayer. Ahora se espera que en 2014 los representantes de las naciones vuelvan a juntarse para ratificar las decisiones y proponer futuros encuentros. VIA CLARIN
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