Bitcoin está conquistando un lugar en la vida cotidiana, pese a todas las resistencias. La moneda digital parecía estar herida de muerte después de que fuese cerrada la controvertida plataforma online Silk Road,supuestamente utilizada para el pago de drogas y armas, preferentemente en bitcoins. Sin embargo, la divisa encriptada se ha recuperado rápidamente.
Su tipo de cambio respecto al dólar estadounidense nuevamente está acercándose a su nivel récord. Además, la divisa virtual, despreciada en el pasado como la “moneda de los hackers”, ha recibido un apoyo inesperado: eBay, el gigante de las subastas en Internet, está considerando reconocer el bitcoin como medio de pago legal.
El presidente de eBay, John Donahoe, asegura que se trata de un fenómeno “muy importante” que hay que observar atentamente. Donahoe dijo al periódico Financial Times que la subsidiaria Paypal, a través de la cual se realizan muchos pagos a eBay, también podría admitir algún día el uso de bitcoins. Aunque todavía no hay nada concreto, esta afirmación indica que la divisa digital está en vías de convertirse en un medio de pago para operaciones financieras a gran escala.
Para los defensores de bitcoin se trata de una noticia muy buena que llega en el mejor momento, porque apenas a principios de octubre el Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos, el FBI, había cerrado Silk Road, que funcionaba como una especie de eBay del mundo del hampa. Desde hacía algún tiempo, los servicios secretos y las autoridades de seguridad de Estados Unidos tenían en la mira al portal, considerado como un gigantesco supermercado online para drogas y otras mercancías criminales. Pero también el futuro de bitcoin parecía estar en peligro tras el golpe asestado a Silk Road, porque en esta web los pagos no se efectuaban con divisas usuales como el euro o el dólar, sino con alternativas digitales.
Durante su operación contra Silk Road, el FBI también incautó de grandes cantidades de bitcoins, lo que parecía darles la razón a quienes estaban convencidos de que la divisa digital tarde o temprano sería prohibida como piedra en el zapato del monopolio del dinero, que está en manos de los Estados y los bancos. Y es que detrás del proyecto bitcoin hay un sistema monetario que funciona sin una instancia central de control, es decir, un sistema independiente de los gobiernos, los bancos centrales y los bancos comerciales.
Los bitcoins los producen los propios usuarios en computadoras de alto rendimiento mediante un procedimiento encriptado llamado “mining” (extracción). Para calcular las unidades monetarias, la computadora tiene que resolver fórmulas matemáticas muy complicadas. A fin de impedir que el volumen de dinero se desborde, el sistema asigna con el tiempo a la computadora encriptaciones cada vez más difíciles de descifrar. Al igual que el antiguo patrón oro, el volumen máximo de bitcoins está estrictamente limitado, como medida de protección ante la inflación.
Durante mucho tiempo, el proyecto bitcoin tuvo que defenderse de la acusación de que las transacciones criminales eran uno de sus pilares más importantes. Sin embargo, la evolución de la cotización de bitcoin a partir del cierre de Silk Road parece desmentirlo: el tipo de cambio no ha dejado de dispararse, para acercarse nuevamente a su nivel récord de 248 dólares registrado el pasado mes de abril, cuando el escándalo público en torno a la divisa digital había alcanzado un clímax. Entre los defensores de bitcoin también hay no pocos que se alegran de que con el cierre de Silk Road haya sido eliminada una mancha negra.
El coqueteo de eBay con bitcoin no es casual: actualmente, muchos empresarios están pensando en desarrollar estrategias comerciales que apuestan por la expansión de divisas digitales. “Estoy convencido de que los principales minoristas de todo el mundo adoptarán sistemas basados en bitcoins”, dijo a finales de octubre al diario The New York Times el inversor en capital de riesgo Jim Breyer, quien ya demostró en el pasado su olfato para los negocios lucrativos como uno de los principales inversores en Facebook.
(*)dpa
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