Nuevo Central Argentino, Ferrosur Roca y Ferro Expreso Pampeano son las tres empresas que operan las principales líneas ferroviarias de cargas uniendo las regiones productivas con los puertos de Santa Fe y Buenos Aires.
Debido a las políticas orientadas a la optimización logística y la baja de los costes productivos que impulsa el gobierno de Mauricio Macri, el transporte de carga por tren captó principal atención del sector agroindustrial ligado a las exportaciones.
Es que a partir del 2021, vencen las concesiones y las empresas que conforman el complejo oleaginoso-cerealero iniciaron una subterránea disputa por definir qué modelo se debería adoptar.
En ese sentido, hay dos formatos en pugna: por un lado, el actual sistema de Integración Vertical donde se concesiona la administración a determinadas empresas y por el otro, el modelo Open Access, donde el Estado administra las vías y las firmas pagan un peaje por la utilización de la infraestructura, a modo de operadores.
Esta segunda opción, que utiliza Chile y Alemania, sería una novedad para Argentina que luego de las privatizaciones fueron concesionadas y quedaron en manos de los principales grupos económicos del país.
Así, el Ferrocarril Mitre es administrado por Nuevo Central Argentino -NCA- propiedad de A.G.D de Roberto Urquía. Por sus 4500 Kilómetros de vía se transporta la producción de Córdoba, Santiago del Estero, Tucumán, Santa Fe y Buenos Aires hasta los puertos del cordón industrial del Gran Rosario.
De esta manera, Aceitera General Dehesa controla el movimiento de granos y oleaginosa de su propia producción en el norte y centro del país y la conecta directamente con las terminales portuarias, sobre todo con Terminal Seis, propiedad del holding.
El grupo Techint a través de Ferro Expreso Pampeano -FEPSA- opera parte del Roca, San Martín, Sarmiento y Mitre con acceso a los puertos de Ingeniero White y Rosario mientras que Camargo Correa, dueña de Ferrosur Roca, tiene acceso a los puertos de Buenos Aires, Dock Sud, La Plata, Campana, San Nicolás, Bahía Blanca y Quequén.
Este modelo, con una sola línea de ferrocarril operando cada ramal y a cargo del mantenimiento del mismo fue el que imperó en todo el mundo hasta hace algunas décadas administradas a través de empresas públicas o privadas.
Sin embargo, la desventaja de esta modalidad, sobre todo donde los trenes son operados por empresas privadas como el caso argentino, el propietario del ferrocarril prioriza sus intereses en detrimento de la competencia.
De esta manera, AGD, Camargo y Techint fueron los grandes beneficiados del obsoleto sistema ferroviario al contar con preferencias para el transporte de su producción mientras que el resto de las empresas deben apelar al camión para llegar a las terminales portuarias. Una modalidad mucho más costosa y peligrosa debido al atraso en la infraestructura vial.
Por este motivo, grandes grupos ligados a la industria agroexportadora están presionando para que se adopte el modelo Open Access donde el Estado es el administrador de los ramales y tiene a su cargo el mantenimiento mientras cada empresa utiliza las vías a través de un sistema de turnos y pago de peaje.
Con esta modalidad, entienden quienes impulsan este cambio en la organización ferroviaria, permitirá que aumente considerablemente el traslado de mercaderías por tren al posibilitar un acceso mucho más fácil para los productores e industriales.
El gobierno deberá optar si continúa con el sistema concesionado o por el contrario, se anima a avanzar hacia el modelo alemán que en la última década arrojó un crecimiento en la incidencia del ferrocarril en el transporte de cargas achicando el traslado por camión.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario