Un chiste que circula en internet dice que si Argentina fuera una celebridad, sería Justin Bieber: un adolescente rico e irresponsable que siempre se mete en problemas, repite los mismos errores, y le echa la culpa a otros.
El chiste, que fue contado por primera vez por el profesor de la Universidad Internacional de Florida Jerry Haar en una reciente conferencia en Miami, no podría describir mejor lo que está ocurriendo en Argentina en estos momentos, y lo que ha ocurrido tantas veces en el país sudamericano en las últimas seis décadas.
Al igual que Bieber, el cantante de 19 años que entre otros roces con la ley fue recientemente arrestado en Miami Beach por conducir su Lamborghini amarillo a exceso de velocidad y aparentemente alcoholizado, la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner vive desafiando al mundo. Ha dilapidado la mayor bonanza de materias primas de la historia reciente del país en una fiesta populista, y ahora culpa a otros por la inflación, la masiva fuga de capitales y la economía que se desmorona.
“Qué c... hice de malo? ¿Por qué me detienen?”, le preguntó Bieber al agente de policía de Miami Beach que lo arrestó en su Lamborghini la madrugada del 23 de enero, según lo consigna el informe policial de su arresto.
El discurso televisado a la nación que pronunció el martes la presidenta Fernández no fue demasiado diferente. Podría resumirse en unas pocas palabras: ¿Por qué me culpan a mi de los actuales problemas del país?
OPPENHEIMER: Argentina y Justin Bieber tienen mucho en común - Andrés Oppenheimer - ElNuevoHerald.com
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