Fallo polémico
La Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo determinó que un diseñador que fue despedido por insultar al líder de su equipo deberá ser indemnizado. Los jueces entendieron que la acción no constituyó una "injuria grave".
Insultar a un jefe no es, necesariamente, causal de despido. Así lo determinó en un fallo la Sala VI de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo. Fue en un caso en que un diseñador había sido despedido con causa por “grave exceso verbal en presencia de testigos”. La Cámara revirtió la postura del juzgado en primera instancia y determinó que, aunque efectivamente el insulto existió, no “habría sido de tal gravedad como para justificar por sí mismo el despido”.
Puede leerse en el fallo que, en casos como estos, corresponde a los jueces la valoración de un insulto a fin de establecer si constituye una injuria grave. “en este punto considero que no asiste razón a la demandada (la empresa empleadora, Webar Internet Solutions S.A.) cuando sostiene que el hecho invocado y probado habría sido de tal gravedad como para justificar por sí mismo el despido incluso ante la antigüedad del actor y la ausencia de antecedentes disciplinarios”, dice la jueza Beatriz Fontana en el fallo que fue compartido por la magistrada Estela Milagros Ferreirós.
Para la Cámara la relación laboral podría haber continuado, ya que el despedido tenía buenos antecedentes y que, con excepción del hecho que motivó el despido, el resto de la relación laboral se habría desarrollado con normalidad tanto con sus pares como con sus superiores. Por eso “el insulto proferido por el accionante a quien se desempeñaba como líder del equipo no resulta suficiente para tener por configurada en el caso la injuria grave que pudiera tornar imposible la continuidad de la relación”, señala el fallo.
Ahora, el despedido deberá ser indemnizado. VIA CLARIN
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