Con su honestidad brutal basada en el rigor de la ciencia, el doctor en ciencias biológicas de la Universidad de Buenos Aires Diego Golombek ratifica en diálogo con InfobaeTV lo que viene investigando desde hace tiempo en su laboratorio de la Universidad de Quilmes: a medida que avanza el siglo XXI , el estilo de vida que asume el hombre de hoy, sus hábitos y su vinculación con la tecnología le resta horas de sueño.
El tema es que a partir de allí se desata una catarata de problemas difíciles de detener y que directamente afectarán la calidad de vida y la salud de las personas.
Los trastornos del sueño son considerados una epidemia global que amenaza la salud y la calidad de vida a más del 45% de la población mundial. En el caso argentino, el 25 por ciento de losargentinos padece problemas severos de sueño y el 50 por ciento tiene algún inconveniente para dormir.
A dormir (bien)
Durante el sueño se limpian y reparan las 'células tóxicas' que el organismo genera durante el día cuando necesita producir energía.
Cada noche, al no recibir el merecido descanso, las células se convierten en "células workaholic" que finalmente, colapsan. Si se duerme poco o mal, nuestro cuerpo no logrará repararse lo suficiente para funcionar bien y de manera saludable.
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