¿Ha llegado el momento de dejar de tomar refrescos de dieta? El grupo U.S. Right to Know, con sede en California, cree que sí.
Dicha organización ha pedido a la Comisión Federal de Comercio (FTC, por sus siglas en inglés) que prohíba los refrescos de Coca-Cola y Pepsi que usan la palabra “dieta” en sus etiquetas como bebidas que contienen edulcorantes artificiales sin calorías, porque considera que eso es “engañoso, erróneo, falso, fraudulento y peligroso”.
Los consumidores que quieren perder peso pueden sufrir daños físicos, ya que estos productos pueden contribuir a que ganen libras, no a perderlas, según U.S. Right to Know, que pidió a la FTC y a la Agencia Federal de Fármacos y Alimentos que investigue el uso de la palabra “dieta” por parte de otros fabricantes de refrescos.
Consideramos que están pisando terreno firme, sobre todo a raíz de un nuevo estudio que ha vinculado los refrescos de dieta con un aumento triple de la grasa abdominal en adultos mayores. Ese es el último de una serie de estudios que han hallado que los que beben refrescos dietéticos para reducir calorías han sido engañados. Toma una botella de té frío sin azúcar y lee la etiqueta.
La cintura de los bebedores de refrescos de dieta aumentó tres pulgadas
En nueve años durante un estudio reciente de la Universidad de Texas. Sin embargo, los que no bebían estos refrescos sólo experimentaron un aumento de cintura de menos de una pulgada. Incluso los que bebían ocasionalmente ganaron 1.8 pulgadas, lo suficiente para que tus pantalones, falda o vestido favorito te quede ajustado. Pero esto es algo más que una cuestión de moda. Una cintura ancha es señal de que hay más gradas alrededor de tus vísceras. La grasa abdominal se acumula alrededor de los órganos internos e incluso en el hígado, y todo esto aumenta el riesgo de diabetes y enfermedades cardíacas.
Cuando los mismos investigadores comprobaron el peso de quienes bebían refrescos de dieta y los que se abstenían, hallaron una conexión sorprendente. Los que estaban seriamente habituados a tomar refrescos de dieta (al menos tres diarias) tenían una probabilidad dos veces mayor de padecer sobrepeso o estar obesos, en comparación con los que no bebían. En un período de siete a ocho años, los bebedores de refrescos de dieta aumentaron como promedio 1.5 libras más que los que no tomaban dichas bebidas.
¿Cuestión de suerte?
Para nada. Un estudio de la American Cancer Society dio seguimiento a 78,694 mujeres durante un año y halló que las que bebían refrescos de dieta aumentaron casi dos libras más que las que no los tomaban.
¿Qué pasa? Es fácil de atribuirlo al “mágico conteo de calorías”, cuando crees que está bien comerte otro pedazo de pizza porque estás bebiendo refrescos de dieta. Sin embargo, nuevos estudios indican que los edulcorantes artificiales en los refrescos, y probablemente en otros alimentos también, se han convertido en un revés mucho más profundo, ya que aumentan el apetito y alteran el metabolismo. Así que esta es una de las peores desventajas de beber refrescos de dieta.
Los edulcorantes artificiales pueden aumentar el apetito
Al enviar la señal al cerebro de algo dulce sin las calorías que frenarían el hambre y los deseos de comer, según estudios hechos en laboratorios.
Un estudio reciente del Instituto Weizmann de Ciencia, en Israel, halló que los edulcorantes artificiales pueden interferir con las bacterias intestinales de tal forma que aumenta el riesgo de prediabetes y diabetes.
Otros tres estudios hallaron que incluso un refresco de dieta puede incrementar entre un 34 y 44 por ciento la probabilidad de desarrollar el síndrome metabólico, el cual es un precursor de la diabetes y las enfermedades cardíacas.
Y otro estudio halló que tomar un refresco de dieta todos los días aumenta el riesgo de diabetes de tipo 2 en un 67 por ciento. No en balde neurocientíficos de la Universidad de Purdue, que han estudiado los efectos de los refrescos de dieta, declararon hace poco a la revista Time: “En estos momentos, la información indica que, a largo plazo, la gente que bebe incluso un refresco de dieta al día corre un mayor riesgo de desarrollar problemas de salud que tal vez quieren evitar al beber esos refrescos, como ladiabetes de tipo 2, el síndrome metabólico, la hipertensión arterial y los accidentes cerebrovasculares”.
¿La solución? Toma bebidas naturales bajas en calorías, como té o café sin azúcar, agua con limón o incluso con una rodaja de peino o de fresa. Es más fácil de lo que crees acostumbrarte a esta nueva forma de tomar bebidas refrescantes.
© 2015 Michael Roizen, M.D. y Mehmet Oz, M.D.
Distribuido por King Features Syndicate, Inc.
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