El ejecutivo mexicano Guillermo Peña terminó transformándose en la cabeza de turco de la crisis de Aerolíneas Argentinas, luego de la sobreoferta de vuelos que hubo durante el comienzo de las vacaciones de invierno, que derivó en cientos de vuelos cancelados y miles de pasajeros con demoras o directamente sin vuelos. Peña presentó su renuncia luego de que el titular de Aerolíneas, Mariano Recalde, decidiera desplazarlo de la gerencia de programación de vuelos.
El ejecutivo mexicano es uno entre varios gerentes intermedios que fueron echados de la empresa o desplazados de sus funciones, según reveló ayer el sitio Web del canal Todo Noticias (TN).
Se trata de un descabezamiento de algunos integrantes de la línea intermedia ya que el número dos de Aerolíneas, Juan Núñez Aguilar, sigue en su puesto. Según fuentes próximas a las gerencias del edificio de la calle Bouchard, Nuñez Aguilar quedó incluso fortalecido tras la purga.
En realidad este ejecutivo había llegado de la mano del actual ministro de Economía, Axel Kicillof, y se fue ganando la confianza de Recalde hasta el punto en que éste le delegó el manejo cotidiano de la compañía mientras concentraba sus energías en la campaña electoral a Jefe de Gobierno porteño.
“Se sabe que el mexicano no era el culpable, pero era él o los amigos que trajo Recalde a la empresa”, señalaron las fuentes, en alusión a Núñez Aguilar. Peña había sido contratado por el ex gerente comercial de Recalde, Juan Pablo Lafosse, quien lo fue a buscar a la aerolínea “low cost” Volaris. Fuentes del sector lo señalan como un ejecutivo técnico, no político.
Otro gerente desplazado fue Oscar Segura, a cargo de la programación de vuelos. Se trata de un gerente de carrera, que no había entrado con Recalde y a quien le habrían ofrecido una posición similar, pero con menos responsabilidad. Uno de los ejecutivos que le reportaba, Gustavo Cristoforetti, también fue asignado a otras funciones.
El gerente de Relación Laborales, Elio Chaieb, también fue desplazado de su función y se le estaría buscando otro lugar dentro de la empresa. Chaieb es uno de los ejecutivos que ingresó durante la gestión de Recalde.
Tras una semana de caos en Aeroparque, con cientos de vuelos cancelados (hubo 15.000 pasajeros que directamente quedaron sin volar) los gremios aeronáuticos agrupados en la Federación del Personal Aeronáutico (FAPA) había reclamado a la cúpula de Aerolíneas por la falta de previsión y las cancelaciones.
Tras un inicio de vacaciones de invierno muy complicado, con más de 100 vuelos cancelados y demoras de hasta cinco horas en los despegues en Aeroparque, Aerolíneas Argentinas decidió suspender toda la venta de pasajes nacionales hasta que terminaran las vacaciones de invierno.
La crisis, hay que recordar, había ocurrido apenas días después de que Recalde mandara echar de manera exprés a los dos pilotos de Austral que habían permitido el ingreso (y permitieron que eso fuera filmado) a la cabina en pleno vuelo a la vedette Vicky Xipolitatis.
En aquel contexto, el vocero de FAPA, Marcelo Ulrich, había planteado: “Al igual que sancionan a los empleados que no cumplen con su función, que se haga exactamente lo mismo con los responsables del descalabro de este fin de semana”. Un mes más tarde, Recalde les está ofreciendo su respuesta.
VIA CLARIN
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