El truco podría costarle caro. Volkswagen reconoció haber falseado los datos de emisión de gases de varios de sus modelos diésel, una maniobra que fue descubierta por la autoridad medioambiental de Estados Unidos y que podría obligar al consorcio a llamar a revisión a casi medio millón de autos de las marcas VW y Audi.
El engaño se produjo mediante un software (instalado en el sistema de computación de los autos) que detecta si el motor está siendo sometido a un control de emisión de gases.
En ese caso, el auto inteligente activa toda una serie de filtros para superar el test. Pero esos mismos filtros no funcionan en una situación normal. Es decir, que ese auto en la calle gana mayor velocidad pero al mismo tiempo lanza al aire hasta 40 veces más gases contaminantes de lo permitido y de lo que miden los aparatos de las revisiones técnicas. El dióxido de nitrógeno que liberan los diesel se vinculan con enfermedades respiratorias como el asma.
El descubrimiento lo hizo la Autoridad de Protección Medioambiental de Estados Unidos, EPA, que podría condenar a la automotriz a una multa de hasta 18 mil millones de dólares, según publica la prensa alemana. Volkswagen ordenó una investigación externa sobre el caso y, según anunció desde la sede central en Wolfsburgo, está en permanente contacto con las autoridades de Estados Unidos para solucionar el problema. Hasta ahora la EPA no fue a la justicia, y podría negociar con Volkswagen un acuerdo para que se modifique el sistema de los autos.
En un comunicado emitido el domingo, el presidente del grupo, Martin Winterkorn, lamentó haber “roto la confianza” de los clientes y del público. El consorcio anunció además que retira de la venta en el mercado estadounidenses todos los autos con motor diésel TDI de cuatro cilindros, tanto nuevos como usados. El VW Passat, el Golf, el Beetle y el Jetta, así como el Audi A3, son algunos de los modelos que estarían afectados, en las líneas vendidas desde 2008 hasta hoy.
El sector automotriz alemán todavía no termina de recibir el golpe. Ayer, las acciones de Volkswagen sufrieron la mayor caída en casi seis años, con pérdidas de más de un veinte por ciento en la Bolsa de Fráncfort. También cayeron por arrastre los títulos de otras automotrices germanas, pese a que tanto Daimler como BMW comunicaron que sus grupos no tienen nada que ver en el asunto.
El daño a la imagen de la industria insignia de Alemania es incalculable, sobre todo en un mercado tan reñido como el de Estados Unidos. Volkswagen, que es junto a Toyota el mayor fabricante de autos del mundo, compite promocionando los adelantos tecnológicos y la protección del medioambiente. Ahora la marca Volkswagen directamente podría desaparecer del territorio estadounidense, y el caso podría costarle la cabeza al gerente general, Martin Winterkorn, quien no se sabe si estaba o no al tanto del engaño.
“Comprenderá que estamos preocupados por las consecuencias que esto pueda tener para la excelente reputación que justificadamente tiene la industria automotriz alemana y en particular Volkswagen”, declaró ayer el ministro de Economía y vicecanciller alemán; Sigmar Gabriel.
El ministerio alemán de Medio Ambiente, por su parte, anunció que pedirá información a todas las automotrices para evaluar si este engaño pudo haber ocurrido también en Europa.
VIA CLARIN
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