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12 de marzo de 2016

Malestar en el Delta del Paraná: ¿Quién construye los terraplenes?



El delta del río Paraná con 14.000 km y una longitud de 320 km, nace a la altura del puerto y ciudad de Diamante, provincia de Entre Ríos en donde concluye el predelta. Se divide en 3 grandes regiones: el Delta Superior (desde Diamante, hasta Villa Constitución, provincia de Santa Fe), el Delta Medio (desde Villa Constitución hasta Puerto Ibicuy, provincia de Entre Ríos) y el Delta Inferior o en formación (desde Puerto Ibicuy hasta la desembocadura en el gran estuario llamado Río de la Plata todas estas zonas en Argentina). 
Ya son 1,4 millones las hectáreas inundadas en la zona del Delta entrerriano, que están afectando a miles de productores. A pesar de que la situación se da a la vista de todos, los funcionarios provinciales y nacionales, solo han tomado algunas decisiones muy tenues que son pequeños paliativos, pero nadie se ocupa de la cuestión de fondo.
Se trata del desastre ambiental más grande que sufre la región y las informaciones del Instituto Nacional del Agua (INA), que depende del Ministerio del Interior, de esta semana hacen presagiar para los próximos meses alturas de las aguas nunca alcanzadas en la historia.
Según las entidades de productores, ocurren por la construcción de obras -públicas y privadas- realizadas durante la gestión del ex gobernador Sergio Urribarri sin respetar las normas hídricas y ambientales en la materia. De hecho, ninguna de ellas tiene aprobación del Consejo Regulador del Uso de Fuentes de Agua (CORUFA), organismo que fue creado mediante Ley 9.172 y que tiene como función específica la de expedirse antes del inicio de cualquier emprendimiento que se pretenda realizar en la zona.
A los productores de la zona les preocupa también el silencio por parte de las entidades del agro, ya que ninguna de ellas, ni solas, ni a través de la Mesa de Enlace, han planteado el tema. En este sentido la Sociedad Rural de Islas del Ibicuy y la filial de la Federación Agraria Argentina (FAA), han quedado solas enfrentando la situación.
El gobernador Gustavo Bordet visitó la zona acompañado por el senador nacional Alfredo De Ángeli y el diputado provincial Martin Anguiano, se sacaron la foto de rigor junto al agua, pero no estuvieron ni con los afectados ni con las entidades que los representan, pese que ellas les reclaman insistentemente que realicen una recorrida completa junto a los dirigentes de la Sociedad Rural local y la filial de la FAA.
La Defensoría del Pueblo de la Nación, se expidió sobre estas obras, exigiendo que se mejore la gestión ambiental del Delta. La resolución fue dirigida a la Nación, las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos y Santa Fe, pero nada se ha realizado al respecto.
Por su parte la Sociedad Rural de Islas del Ibicuy y la Filial Delta de la Federación Agraria Argentina, -ante la desaprensión de las autoridades-han puesto en marcha un plan de lucha "Por la defensa del Humedal y la sustentabilidad económica, social y ambiental para la región".
El mismo tendrá su primera expresión con una asamblea de productores a la vera de la Autovía 12 y entrega de volantes a los automovilistas, el día miércoles 16/03 a las 11:00. De no tener respuesta urgente de las autoridades, prevén una escalada en la protesta.
Urgente24 consultó al profesor Rubén Quintana, que es Licenciado en Ciencias Biológicas de la Facultad de Ciencias exactas de la UBA y miembro del CONICET, quien es uno de las personas que desde hace años viene preocupándose por la situación del Delta del Río Paraná, y señaló que uno de los mayores problemas es la cantidad de terraplenes que se han realizado y que ya han modificado más de 240 mil hectáreas de la superficie total del Delta. Los terraplenes construidos alcanzan ya los 5.000 kilómetros de longitud, lo que da una idea del cambio que eso ha producido.
Según Quintana, los efectos de esos cambios en el uso de la tierra, se ven reflejados en los humedales que de hecho varían su composición, estructura y funcionamiento, llegando incluso a alterar la calidad del agua. Hay que tener en cuenta que este es un tema fundamental ya que el agua potable de la zona del Delta abastece a más de 20 millones de personas, ubicadas en la zona.
Para el especialista la salida es consensuar un plan que permita el desarrollo del Delta en base a sus condiciones naturales y modificando solo aquello que sea muy necesario. Para ello es necesaria la comunión de opiniones entre todos los sectores involucrados, sobre todo los gobiernos provinciales y nacionales.   
VIA U24

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