La exmujer de Alejandro Vandenbroele, Laura Muñoz, causó más dolores de cabeza para el vicepresidente Amado Boudou. Había dicho que su exmarido era el testaferro y el viernes ratificó en Mendoza su denuncia ante el fiscal federal Carlos Rívolo, quien investiga el caso abierto a partir de las revelaciones acerca de que personas cercanas al ex ministro de Economía se quedaron con la ex Ciccone Calcográfica, la imprenta más importante del país que, entre otras cosas, se dedica a la impresión de billetes.
Según Muñoz, Vandenbroele le contó que Boudou le había pedido a su amigo marplatense José María Núñez Carmona, que consiguiera un abogado para manejar negocios. El abogado no fue otro que Vandenbroele y Muñoz así se lo ratificó al fiscal.
Ahora, producto de esa declaración, los dichos mediáticos pasaron a estar dentro de un expediente judicial que está en el juzgado de Daniel Rafecas. Pero el juez Norberto Oyarbide se entrometió. Ahora activó un expediente que había archivado a fin de 2011 por una denuncia similar a la que investiga Rívolo. Se presume que habrá una contienda entre los jueces Rafecas y Oyarbide para dirimir quién debe seguir a cargo del expediente.
La relación de negocios comenzó en noviembre de 2009 cuando Boudou llevaba apenas cuatro meses en Economía. La declaración se llevó el viernes pasado en la fiscalía federal de Mendoza a cargo del fiscal Fernando Alcaraz. Hasta ahí llegó Rívolo desde Buenos Aires. Muñoz entregó documentación y un CD de audio a Rívolo, materiales que serán incorporados al expediente judicial.
via Perfil
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