Ayer Toyota dijo que invertirá U$S800 millones en su planta de Zárate, la mayor en diez años. Volkswagen desembarcó con 150 millones de euros en Brasil y planea expandirse a México. Los analistas dicen que el mercado latino se mantendrá firme y con costos convenientes, mientras Europa no consigue repuntar. También influye el déficit de autopartes.
Ayer se conoció la mayor inversión automotriz en toda una década. La japonesa Toyota dijo que colocará en el país U$S800 millones de acá al 2015, con las que planea aumentar en un 50% su producción de autos en la planta de Zárate y así generar exportaciones por U$S1.200 millones.
Pero no se trata de un hecho aislado ni mucho menos. Esta iniciativa se da en el marco de un boom de inversiones en materia automotriz que está viviendo la región. Este martes, el directivo de Audi Rupert Stadler comunicó que invertirá unos 150 millones de euros en Brasil para fabricar autos de lujo y planea expandirse a México en el 2016. Buscará competirle a su rival BMW, que en octubre del año pasado anunció unos 200 millones de euros para producir 30 mil autos anuales en el país vecino.
"Brasil es un mercado poderosísimo", dicen en el sector. Ese país ya se convirtió en el cuarto mercado del mundo, desplazando de ese lugar nada menos que a Alemania.
La estadounidense General Motors también planea invertir unos U$S1.200 millones en el gigante sudamericano. Mercedes Benz ya desembarcó con algunos modelos. Y Fiat, que en Brasil produce más que en la Argentina, puso una nueva planta en la nación lusitana.
Por su parte, las chinas Changhe y Chery ya desembarcaron en Uruguay, en donde instalaron plantas de ensamble, y ahora quieren empezar a hacerlo en Brasil. En Brasil por ejemplo, empezaron a reemplazar los modelos Nissan que venían terminados de México por otros de producción propia.
La inversión anunciada ayer en la planta, permitirá incrementar la oferta de autos que brinda Toyota, actualmente focalizada en la Pick Up Hilux, el Corolla y el Etios. LPO pudo averiguar que U$S200 de los U$S800 millones, es decir la cuarta parte, estuvieron financiados por los Créditos del Bicentenario que otorga el gobierno principalmente a través del Banco Nación, y otros como el Banco Provincia y el Credicoop que dirige el diputado por Nuevo Encuentro Carlos Heller.
Además, incluye una fábrica de autopartes en lo que se conoce como “in-house”, que le permite a las empresas producir localmente sus insumos, en vez de depender de proveedores extranjeros.
Los analistas consultados por LPO coincidieron en dar tres grandes razones. La primera de ellas es el deterioro del mercado europeo, cuya economía se amesetó, pero tardará unos 6 o 7 años en recuperar el lugar que supo tener en el mercado de automóviles. En segundo lugar, Latinoamérica sigue teniendo una estructura de costos más convenientes frente a otras regiones. Por último, intentar reducir el déficit de autopartes, que en el largo plazo podría hacerse insostenible.
“Son mercados que estaban subvaluados, y hay un atractivo de costos e impositivo”, sostuvo una fuente del sector. “Hoy por hoy no hay un escenario de crisis en las economías de la región, mientras el mercado europeo está muy retraído”, señaló.
“Es un mercado que estuvo creciendo mucho y se espera que siga creciendo más que los países desarrollados, las automotrices buscan escaparse de la crisis europea”, sostuvo Gonzalo Dalmasso, analista de Abeceb.com. “Hay una tendencia global a que las automotrices se provean a nivel regional”, agregó.
Dalmasso comentó que ante este escenario de crisis, también está habiendo inversiones en el sudeste asiático y Rusia, mientras que Estados Unidos, ya hizo el ajuste en el 2009 y se trasladó a México.
Por otro lado, las fuentes consideraron que más allá de los ruidos en materia cambiaria, y de presión impositiva que denuncian algunos empresarios, lo cierto es que “objetivamente el país sigue siendo conveniente”.
En ese sentido, una fuente del sector apuntó que el dólar “vino acompañando” a las exportaciones de autos. Y es que el Banco Central dejó por lejos un tipo de cambio “planchado” como venía haciendo y empezó a acelerar el ritmo de devaluación del peso, que llegó a ser del 40% en términos interanuales. Y las automotrices se rigen por ese dólar.
En cuanto a Brasil, Dalmasso destacó el plan Inovar-Auto que implementó el gobierno de Dilma para atraer inversiones. El mismo consiste, a grandes rasgos, en dar incentivos fiscales a la localización mediante un crédito fiscal, y un impuesto adicional si la autoparte se trae de un país extrazona.
El analista consideró que “la Argentina se quedó un poco afuera” de este incentivo, y por eso las automotrices que operan en la Argentina están tratando de ser incluidas en el régimen, porque las multinacionales prefieren irse al Brasil. LEER TODO EN LPO
Ayer se conoció la mayor inversión automotriz en toda una década. La japonesa Toyota dijo que colocará en el país U$S800 millones de acá al 2015, con las que planea aumentar en un 50% su producción de autos en la planta de Zárate y así generar exportaciones por U$S1.200 millones.
Pero no se trata de un hecho aislado ni mucho menos. Esta iniciativa se da en el marco de un boom de inversiones en materia automotriz que está viviendo la región. Este martes, el directivo de Audi Rupert Stadler comunicó que invertirá unos 150 millones de euros en Brasil para fabricar autos de lujo y planea expandirse a México en el 2016. Buscará competirle a su rival BMW, que en octubre del año pasado anunció unos 200 millones de euros para producir 30 mil autos anuales en el país vecino.
"Brasil es un mercado poderosísimo", dicen en el sector. Ese país ya se convirtió en el cuarto mercado del mundo, desplazando de ese lugar nada menos que a Alemania.
La estadounidense General Motors también planea invertir unos U$S1.200 millones en el gigante sudamericano. Mercedes Benz ya desembarcó con algunos modelos. Y Fiat, que en Brasil produce más que en la Argentina, puso una nueva planta en la nación lusitana.
Por su parte, las chinas Changhe y Chery ya desembarcaron en Uruguay, en donde instalaron plantas de ensamble, y ahora quieren empezar a hacerlo en Brasil. En Brasil por ejemplo, empezaron a reemplazar los modelos Nissan que venían terminados de México por otros de producción propia.
La inversión anunciada ayer en la planta, permitirá incrementar la oferta de autos que brinda Toyota, actualmente focalizada en la Pick Up Hilux, el Corolla y el Etios. LPO pudo averiguar que U$S200 de los U$S800 millones, es decir la cuarta parte, estuvieron financiados por los Créditos del Bicentenario que otorga el gobierno principalmente a través del Banco Nación, y otros como el Banco Provincia y el Credicoop que dirige el diputado por Nuevo Encuentro Carlos Heller.
Además, incluye una fábrica de autopartes en lo que se conoce como “in-house”, que le permite a las empresas producir localmente sus insumos, en vez de depender de proveedores extranjeros.
Los analistas consultados por LPO coincidieron en dar tres grandes razones. La primera de ellas es el deterioro del mercado europeo, cuya economía se amesetó, pero tardará unos 6 o 7 años en recuperar el lugar que supo tener en el mercado de automóviles. En segundo lugar, Latinoamérica sigue teniendo una estructura de costos más convenientes frente a otras regiones. Por último, intentar reducir el déficit de autopartes, que en el largo plazo podría hacerse insostenible.
“Son mercados que estaban subvaluados, y hay un atractivo de costos e impositivo”, sostuvo una fuente del sector. “Hoy por hoy no hay un escenario de crisis en las economías de la región, mientras el mercado europeo está muy retraído”, señaló.
“Es un mercado que estuvo creciendo mucho y se espera que siga creciendo más que los países desarrollados, las automotrices buscan escaparse de la crisis europea”, sostuvo Gonzalo Dalmasso, analista de Abeceb.com. “Hay una tendencia global a que las automotrices se provean a nivel regional”, agregó.
Dalmasso comentó que ante este escenario de crisis, también está habiendo inversiones en el sudeste asiático y Rusia, mientras que Estados Unidos, ya hizo el ajuste en el 2009 y se trasladó a México.
Por otro lado, las fuentes consideraron que más allá de los ruidos en materia cambiaria, y de presión impositiva que denuncian algunos empresarios, lo cierto es que “objetivamente el país sigue siendo conveniente”.
En ese sentido, una fuente del sector apuntó que el dólar “vino acompañando” a las exportaciones de autos. Y es que el Banco Central dejó por lejos un tipo de cambio “planchado” como venía haciendo y empezó a acelerar el ritmo de devaluación del peso, que llegó a ser del 40% en términos interanuales. Y las automotrices se rigen por ese dólar.
En cuanto a Brasil, Dalmasso destacó el plan Inovar-Auto que implementó el gobierno de Dilma para atraer inversiones. El mismo consiste, a grandes rasgos, en dar incentivos fiscales a la localización mediante un crédito fiscal, y un impuesto adicional si la autoparte se trae de un país extrazona.
El analista consideró que “la Argentina se quedó un poco afuera” de este incentivo, y por eso las automotrices que operan en la Argentina están tratando de ser incluidas en el régimen, porque las multinacionales prefieren irse al Brasil. LEER TODO EN LPO
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