Con 50 votos a favor la Legislatura porteña aprobó ayer una ley para que los nuevos edificios que se construyan en la Ciudad recuperen el agua de la lluvia para usarla en la limpieza de las veredas y el riego de plantas . Y aunque quedarán exceptuados los que tengan menos de cuatro pisos, regirá tanto para los destinados a viviendas, como oficinas, depósitos y fábricas .
Además, con una campaña de concientización sobre el cuidado del agua, buscan que todas las edificaciones incorporen paulatinamente este cambio , más allá de que la ley no obligue a las ya existentes a tener el sistema. Se estima que para lavar una vereda se usan 300 litros de agua potable. Y es una queja recurrente de los consorcistas el derroche esto genera.
“Tendrá un costo estimado del 0,2 % del total de la inversión para un edificio nuevo de 1.000 metros cuadrados”, estimó la legisladora Karina Spalla, autora del proyecto junto a Cristian Ritondo (ambos del PRO). El cálculo responde a un edificio de unos cinco pisos en un terreno de 8,66 metros de frente.
El sistema de recolección es sencillo: se colocan cañerías pluviales que evacúan el agua en tanques de reserva exclusivos , instalados en las plantas bajas de los edificios. A su vez, los tanques se conectan a bombas para elevar la presión del agua y facilitar, y también agilizar, las tareas de limpieza.
Además del ahorro evidente que generará en el uso del agua potable, el sistema permitirá “ amortiguar el impacto inicial de las tormentasque viene sufriendo la Ciudad”, explicó Ritondo. Una parte de las lluvias cargará los tanques. Si el sistema se adoptara masivamente, también entre los edificios 50.000 edificios que ya existen, mejoraría mucho laabsorción de las napas , que se perdió justamente a partir de la construcción.
El proyecto pasó dos veces por la Legislatura para aprobarse. En noviembre se realizó una audiencia pública en la que hubo críticas. Cuando la ley se promulgue modificará el Código de Edificación de la Ciudad. Recién entonces regirá para quienes tramiten permisos de construcción. Los ya entregados no serán alcanzados.
La intervención del Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo (CPAU) aportó cambios. “El proyecto original establecía tanques de almacenamiento en relación a los metros cuadrados del edificio. Nosotros planteamos que se determine en función del promedio de agua caída ”, explicó la arquitecta Cristina Beatriz Fernández, a cargo de la Comisión de Arquitectura de la CPAU.via Clarin
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