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22 de junio de 2006

Niebla futbolera: 'Tanta emotividad nos baja las defensas como ciudadanos'

¿Quién no siente el deseo de encolumnarse detrás de la selección de fútbol? ¿Quién no está pendiente de un resultado y de la campaña argentina? No obstante ¡Cuidado! el músculo duerme, pero la ambición no descansa. Mientras los argentinos vivimos adormecidos por la fiesta popular, podemos ser víctimas de pequeños festivales privados que no trascienden como en otros momentos, precisamente, porque tanta emotividad nos baja las defensas como ciudadanos.

Por RUBÉN LASAGNO

Río Gallegos, Santa Cruz (Agencia Opi). Nadie puede abstraerse del fenómeno futbolero que por este momento vive el mundo y menos en Argentina donde es una pasión fuerte de la mayoría del pueblo y que éste, como ningún otro mundial, ha logrado captar la atención de hombres, mujeres y niños gracias al enorme despliegue tecnológico operado en el mundo de las comunicaciones.
Pero detrás de estos fenómenos de masas corren ríos de intereses mezquinos, generalmente la mayoría acomodados a la sombra del quehacer político que ve en la distracción colectiva el momento ideal para colar algunas chicanas que en otra circunstancia hubieran resultado demasiado evidentes.
Es un momento ideal para saber qué hacen las legislaturas provinciales, qué hace el Congreso (si es que hacen algo) y en todo caso es importante controlar lo que se aprueba y se ingresa traspapelado inocentemente entre abúlicos pedidos de declaración, por ejemplo. Es bueno saber qué se licita, qué se contrata e imprescindible leer más que nunca el Boletín oficial, más que como una curiosidad por prevención.
Ya vimos que el gobierno nacional anunció sin bombos ni platillos que los sueldos del presidente y sus ministros sufrirían un “aumento relativo”, producto de la desvalorización que ha tenido el poder adquisitivo en la exquisita canasta familiar de la clase política que obviamente no come como cualquier mortal y menos si éste último es un empleado estatal.
Esta mañana el auto-aumento se hizo extensivo a los legisladores nacionales, diputados y Senadores quienes verán incrementado sus sueldos un 19% en el básico que les reditúa alrededor de 1000 pesos más, con lo cual quedan a cubierto de cualquier peligro futuro que pueda amenazar a sus cómodas jubilaciones.
Esta es solo una muestra de lo que puede tapar tanto frenesí futbolero, el cual naturalmente tiende a diluir la noticia entre pasiones y alegrías, lo cual hace las delicias de los sinvergüenzas de siempre que no reparan en amagues ni simbolismos y se embarcan en acciones frontales y directas con el único objetivo de hacer realidad sus deseos postergados, sean éstos personales, de la corporación política o del partido.
En tanto la realidad pasa por otro lado. El empleado público paga con creces la fiesta del gobierno que sucesivamente y sin que nada los diferencie de sus antecesores, adoptan los mismos vicios y actúan de la misma manera.
En Santa Cruz, como en otras provincias, los sueldos están por debajo de la línea de pobreza y en algunos casos fronterizos con la indigencia. Los jubilados perciben mendrugos y promesas y los subsidios que reparte el estado, constituido por ese dinero que se les niega a los sueldos, vuelan discrecionalmente a manos de los empresarios del país para cerrar acuerdos, evitar algunos aumentos sustantivos que pueden desbocar la economía y bajar las encuestas y de paso permite a no pocos segundones colgados del poder morder el diezmo y algo más, que en todo este manejo de los dineros públicos es una constante.
Mientras tanto todos esperamos nerviosos, felices y complaciente el próximo partido que juegue la selección. Ni pensar lo que podría suceder a medida que el seleccionado argentino trepe en sus aspiraciones a jugar la final del mundo.
Esto hace sumamente necesario estar atentos en todos los frentes, leer, revisar, preguntar y no dejarse obnubilar por el canto de sirena mientras las góndolas pegan un salto increíble fuera de todo control, las legislaturas aprueban subrepticiamente lo que se les ocurre y mientras todos levantamos la bandera en desenfrenada algarabía cargada de argentinismo explosivo, otros en tanto se encargan de mancharla como sucedió en el 78.


Enlace: Urgente24

1 comentario:

Anónimo dijo...

Definitivamente nuestros gobernantes hacen de Argentina la reina de la corrupción y a nosotros los argentinos se nos ríen en la cara una y otra vez. ¿Cómo es posible que aumenten en un 19% y más sus sueldos y no generen problemas en la inflación? En cambio si el aumento es en el sueldo de cualquier trabajador, debe ser minúsculo porque afecta notablemente la inflación del país. Me encanta tu página, muy buena! Sofía