El gran desafío del gobierno ahora será moderar la suba de precios a la que empujará la devaluación. El precio de los remedios y los autos son los grandes afectados ante un cambio brusco en la cotización del dólar.
Como sucedió en otras ocasiones, los laboratorios presionarán por una mayor suba de precios ya que gran parte de sus insumos son importados. Tras la última devaluaciónde enero de 2014 del 20%, se produjo una disparada de hasta 50% que luego el gobierno kirchnerista intentó retrotraer con un acuerdo de precios que nunca se cumplió efectivamente. Se estima que el 60% de los insumos del sector farmacéutico es importado y se paga a valor dólar.
El precio de los autos es el otro valor sensible. Si bien en los últimos dos años subieron igual o por encima de la inflación real, una devaluación le pone más presión porque Argentina importa -principalmente de Brasil- aproximadamente el 40% de los vehículos que circulan por el país. Asimismo, aquellas unidades que se arman en el país dependen un 60% de autopartes importadas de China y Brasil por lo que el impacto también será sobre los autos nacionales.
El grave faltante de dólares generó en los últimos meses un parate en las terminales y una menor entrega de unidades en las concesionarios. La consecuencia inmediata fueron los sobreprecios que se piden para poder sacar un 0km. Con este antecedente riesgoso y con una mejora notoria en la demanda, la devaluación puede provocar nuevos aumentos.
Un remedio para atemperarlo podría ser la anulación del impuesto a los automotores que comenzó a regir en enero de este año y engrosó aún más los precios minoristas.
Los productos electrónicos, también en su mayoría importados o armados en el país con insumos del exterior, es el otro sector que no podrá evitar el traspaso del movimiento cambiario. También los paquetes turísticos, a pagarse en pesos, también se van a encarecer con el nuevo tipo de cambio.
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