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4 de enero de 2014

Y lo Cerraron nomas, el histórico bar 36 Billares y lo convertirían en una pizzería



Que será por un mes, o dos. Que todavía no hay precisiones ni certezas: salvo que los billares seguirán en el subsuelo, y que ya no habrá escenario para shows. Ayer, el mítico café 36 Billares, un ícono de la Avenida de Mayo y uno de los Bares Notables de la Ciudad, bajó las persianas para una reforma impulsada por sus nuevos dueños, la cadena de pizzerías La Continental. Sin fecha precisa de reapertura, “será cuando terminen las obras”, según dicen en el lugar, el bar cederá toda su planta principal para una lavada de cara. Mientras la barra esté cerrada solo mantendrán abierto el subsuelo, donde aún hoy funcionan las mesas que le dan el nombre, y que es un espacio concesionado a un tercero.
“Cerramos hoy para entrar en una etapa de reforma. Aún no sabemos cuánto durará. Tampoco está definido qué va a pasar más adelante. La obra se va a hacer en el salón del café y en la parte de atrás, donde se jugaba a las cartas. Pero los billares estarán abiertos, de 11 a 2 de la mañana. La verdad es que la situación económica del lugar no da para más. Es un cambio positivo”, dijo ayer una empleada, que pidió no dar su nombre. Abierto desde 1894 en una ubicación privilegiada de Monserrat, “los 36”, como le dicen sus habitués, está sobre la avenida más española de la Ciudad, en la cuadra del 1200, frente al Teatro Avenida (que fue inaugurado un poco después, en 1908, y que tuvo sobre sus tablas a compañías españolas, de zarzuela, teatro y ópera) y a una cuadra del Hotel Castelar, otro bello exponente de 1929.
Todo en su edificio es historia porteña. Pero la venta a la cadena La Continental abrió ahora una ola de rumores y genera incertidumbre sobre qué pasará. El 28 de noviembre último Clarín anticipó que planeaban convertirlo en una pizzería y el 5 de diciembre la Legislatura porteña se apuró para darle cierta protección. En una de las últimas sesiones, lo declaró “Patrimonio Cultural de la Ciudad” y así le puso una restricción para algún cambio de uso. Pero por ahora no se sabe qué pasará con el lugar. Lo más probable, dicen en el bar, es que los nuevos dueños mantengan la fachada con la puerta de postigo de madera y vidrio con herrajes y detalles de bronce, los ventanales a la calle, con el tradicional sistema “guillotina”, y los vitraux del frente. El cartel, también simbólico, se adaptaría al nuevo nombre, y no se descarta que incluso convivan los dos: el nuevo y el clásico.
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1 comentario:

Paula dijo...

una pena

esperemos que al menos NO terminen haciendo un shoping alguna de esas estupideces como de costumbre