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4 de octubre de 2015

Siete años y un solo grito: ¿dónde está Sofía Herrera?

La pequeña, de sólo 3 años, desapareció en un camping en Tierra del Fuego al que había ido con su familia. Su madre habló con Infobae y recordó ese día. "Si alguien vio algo, que hable, no puede vivir toda su vida con ese cargo de conciencia", dijo

La mañana del domingo 28 de septiembre de 2008, María Elena Delgado y su esposo, Fabián Herrera, decidieron pasar un día de campo para disfrutar el inicio de la primavera sureña junto a Silvio y Paloma –un matrimonio amigo– y sus hijos. Era la primera vez que llevaban a la pequeña Sofía, de 3 años, al camping John Godall, ubicado a la vera de la Ruta 3, entre Río Grande y Tolhuin, en Tierra del Fuego.

Llegaron al lugar cerca de las 11:20, con canastas llenas de víveres ya que tenían planeado pasar allí el resto de la jornada. Fabián y Silvio decidieron ir a buscar un lugar donde hacer el fuego para el almuerzo, mientras María Elena –que cursaba la semana 16 del segundo embarazo que la tenía a mal traer– y Paloma optaron por quedarse a esperarlos en la camioneta de los Herrera. Los cuatro niños corrieron, felices, detrás de los hombres.

Diez minutos y 100 metros después, los maridos regresaron para avisar que se quedarían en ese lugar, pero una pregunta mutua resonó entonces en los oídos de los Herrera: ¿dónde está Sofía?

La familia y amigos de Sofía Herrera en el camping John Godall, Río Grande, donde desapareció el 28 de septiembre de 2008.
"Fabián venía caminando tranquilo con ramas y demás cosas que había juntado para hacer el fuego, yo estaba esperando a que digan donde nos íbamos a quedar, no había desarmado nada. Cuando llega, le pregunto por la nena y me dice: 'Pero si se quedó con vos...'. Le dije que se había ido con él, pero no se dio cuenta de que iba caminado detrás. Tiró todo y volvió sobre sus pasos", recordó entre lamentos María Elena Delgado en dialogo con Infobae.

La búsqueda de Sofía se inició al segundo de que notaron que no estaba con los otros niños –la reconstrucción del hecho diría mas tarde que fueron nueve los minutos que pasaron entre la ida y vuelta, y que el trayecto fue algo menor a 100 metros–. "No pasó nada de tiempo desde que vimos que no estaba en el grupo hasta que empezamos a buscarla. Nada. Comenzamos a llamarla y a buscarla por todos lados". Luego avisaron al cuidador del camping, que al momento de ingresar les había comentado que no había nadie más en ese predio que lindaba con la Ruta Nacional 3.

Siguieron buscando, la llamaron a los gritos, pero nada pasaba. A los pocos minutos avisaron a la policía, que llegó recién a las 14:30, casi tres horas después del llamado desesperado. Les preguntaron qué había pasado para intentar reconstruir los minutos anteriores, aunque nunca pudo saberse cuánto tiempo ni distancia caminó la niña detrás de su padre. No la habían escuchado gritar ni pedir auxilio. La hipótesis inmediata fue que un adulto se la llevó; pese a ello, el aviso a los pasos fronterizos se hizo recién a las 11 de la noche... "Esas horas fueron fundamentales, en esas horas que la policía tardó en llegar pudieron llevarse a Sofía a cualquier lado... Ahora ya no podemos volver el tiempo atrás... Todos los días me reprocho por haberme quedado en la camioneta, pero me sentía mal; el embarazo de Guiliana no fue bueno, tuve muchos malestares... Yo no le sacaba los ojos de encima a Sofía".
LA POLICÍA TARDÓ CERCA DE 3 HORAS EN INICIAR LA BÚSQUEDA DE SOFÍA Y 12 HORAS EN ALERTAR A LOS PUESTOS FRONTERIZOS

Fabián Herrera encabeza junto a María Elena Delgado la búsqueda de Sofía.

Hasta ese momento, en la provincia austral no se había denunciado la desaparición de personas. Ni la seguridad ni la Justicia supieron cómo encarar la búsqueda. "No conocíamos los protocolos, recién con el tiempo te vas enterando cómo es... En ese momento la policía no estaba preparada para buscar a una persona y menos a una criatura. Eso fue lo que los llevó a cometer muchos errores", señaló Delgado. Los errores fueron importantes, aunque seguramente no hayan sido intencionales.

Fue tanta la cantidad de gente que se aproximó a colaborar con la búsqueda de Sofía, fueron tantos los efectivos de la Policía, de Defensa Civil y voluntarios que se concentraron en el lugar, que obviaron los detalles: no vallaron la zona para proteger cualquier tipo de rastros o indicios que pudiera haber, como las huellas de los zapatitos de Sofia, por ejemplo. Se borró todo y se tocó todo. La escena no fue preservada y, sumado a la demora en iniciar formalmente la búsqueda, el resultado fue que se perdió hasta la mínima posibilidad de encontrar algún dato revelador.

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