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3 de noviembre de 2010

Buscado: Piden la captura internacional de un estudiante de Ingeniería

En diciembre de 2008, el estudiante de Ingeniería Informática Fernando Gabriel Pereiro (31) pasó a ser considerado por la Policía el rey de los robos a cajeros automáticos, por los saqueos de las máquinas con un inédito dispositivo creado por él mismo. El joven terminó preso tras ser perseguido por la Policía en el barrio porteño de Monserrat, donde lo acusaban de haber robado en varias cuentas. Pero ahora se convirtió en uno de los prófugos más buscados por la Policía Federal: hace diez meses se fugó de prisión y nadie sabe su paradero.
Pereiro estaba detenido en el penal de Ezeiza, de donde fue trasladado al hospital Argerich de la Capital Federal por una presunta dolencia en un pulmón. Una vez allí, se escapó.
Algunos investigadores creen que se burló o sobornó a alguna custodia, y así logró desaparecer.
La fuga fue en enero pasado aunque trascendió hace pocas horas, cuando la Justicia ordenó su captura internacional .
Fuentes de la Policía Federal
dijeron a Clarín que al joven se lo buscó por todos los lugares donde se movía antes de ser detenido, pero no pudo ser hallado hasta el momento. “Creemos que pudo haber salido del país en forma ilegal”, señaló una fuente del caso.
De todas formas, la Policía dijo estar “en alerta” ante la posibilidad de que el prófugo intente cometer algún otro fraude.
Según la Policía, la especialidad de Pereiro era fabricar un dispositivo para sabotear cajeros automáticos y vaciarlos: “Algo parecido a la técnica conocida como skiming , que él mismo se encargó de perfeccionar para no ser descubierto”, dijo una fuente que lo conoce.
Lo que hacía Pereiro era poner un falso teclado en el cajero que guardaba la clave de identificación personal (PIN) de la persona que entraba a sacar plata, e instalaba un dispositivo en el abrepuerta que copiaba la banda magnética de la tarjeta de débito .
El acusado pudo conseguir con su invento algo que no habían obtenido otros hasta ese momento: que el cajero automático siguiera trabajando en forma normal sin que nadie notara que sus datos claves estaban siendo copiados.
Así, en horas obtenía decenas de claves que después usaría para vaciar las cuentas.
Pereiro ya tenía antecedentes por clonar tarjetas de crédito de una empresa americana cuando sólo tenía 23 años. La Policía supo de él en 2005, cuando puso un dispositivo en un cajero de los Tribunales de San Nicolás. Ahí las víctimas fueron varios funcionarios de la Justicia y se originó un verdadero escándalo. Via Clarin

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