La Cámara de Comercio y la Asociación de Supermercados (ASU) pidieron a la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) elevar el techo de compras de ticket de “consumidor final” en supermercados. ¿La razón? Actualmente cada vez que un cliente supere los $ 1.000, en esos centros de compras se debe emitir una Factura B, donde figuran sus datos.
Como esta modalidad, rara vez la aplican para no incomodar a los clientes, los locales suelen desdoblar el monto de las compras para esquivar emitir esa factura.
Los reclamos fueron hechos en 2010 y a mediados del año pasado, pero el tope no fue modificado. Sucede que los topes fueron siendo elevados en los últimos años. Por ejemplo, durante la presidencia de Carlos Menem, el límite de compra era de $250. El tope fue modificado por última vez el año pasado con la Resolución 3.115/2011 de la AFIP que llevó el límite de compra tipo “consumidor final” (no registrable) a $1.000. Ahora las asociaciones buscan una nueva elevación por la creciente inflación.
“Lo del corte de ticket es absolutamente cierto, las cadenas tratan de evitar conflictos con el cliente y entonces ordenan a sus empleados que corten cuando la cuenta va por los $ 950″, dijo el gerente de una de las principales compañías proveedoras de servicios a todas las cadenas grandes. Y agregó a Clarín: “Lo que sucede ahora es que esta práctica se volvió habitual. Antes una compra de 1.000 pesos era una rareza, salvo que estuvieras llevando un televisor o una heladera. Ahora, por la inflación, los changuitos de los hipermercados pasan los $1.000 mucho antes de quedar llenos”. via Perfil
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