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18 de enero de 2016

Mala costumbre: dormir hasta tarde los fines de semana

Salud
Según un estudio, no levantarse a la misma hora que los días laborales podría generar un trastorno metabólico crónico que llevaría a la obesidad y hasta a la diabetes.

Apagar el autoritario despertador y seguir durmiendo, al notar que esa mañana no hay tareas en la agenda que impongan sumisión. Enredarse entre las sábanas y seguir de "fiaca" hasta que no haya otra que levantarse, finalmente. Este, quizás, sea el primer placer de los días de franco para muchas personas. Sin embargo, podría convertirse en un problema para la salud si ese "ilusorio acto libertario" se hace costumbre.
Sucede que una investigación detectó, luego de analizar los patrones de sueño y su relación con el peso de más de 800 personas durante 50 años, que las personas que tienen dificultades para levantarse de la cama los días que no trabajan son más propensos a sufrir problemas crónicos de salud, como la obesidad y la diabetes en comparación con las personas que siguen su rutina, incluso cuando no tienen que ir a trabajar.
 
Los investigadores sugieren que las políticas sobre las horas de trabajo, tales como la introducción de horarios flexibles, se podrían introducir para evitar el posible riesgo para la salud en las personas que tienen que trabajar en contra de sus relojes biológicos.
El trabajo, que forma parte del mega estudio Dunedin Longitudinal Study, en Nueva Zelanda, y fue publicado en International Journal of Obesity, detectó que las personas que sufren "social jet-lag" (que es cuando los patrones de sueño difieren significativamente entre los días de trabajo y los de descanso) pueden sufrir de un trastorno metabólico crónico que conllevaría a que se acumule grasa corporal y se desarrolle obesidad y hasta diabetes.
Aunque los científicos se cuidaron de afirmar que el "social jet-lag" sea el causante de la obesidad y de otros problemas de salud, creen que el vínculo es compatible y que las personas con esa afección ponen su metabolismo bajo tensión, que es finalmente lo que llevaría a la obesidad y otros trastornos de salud crónicos.
"La obesidad, al igual que muchos problemas de salud complejos, es el resultado de una serie de factores. Nuestro estudio sugiere que el jet-lag social es uno de los factores que hay que tener en cuenta", sostuvo Michael Parson de la Mammalian Genetics Unit at the Medical Research Council en Harwell, Inglaterra.
Por su parte, la investigadora líder del estudio, la doctora Dra Parson, confió que "el social jet-lag no está todavía debidamente estudiado" pero que es "potencialmente clave para entender por qué vivir en contra de nuestro reloj interno tiene un impacto negativo en nuestra salud. Nuestras investigaciones confirman los hallazgos que conectan el aumento de grasa corporal con el jet-lag social, pero este es el primer estudio que sugiere que esta diferencia en los tiempos de dormir aumente el riesgo de enfermedades relacionadas con la obesidad".
"Hemos encontrado que por cada dos horas de jet-lag social, vimos un aumento promedio de alrededor de 2,5 kilos del tejido adiposo. Es compatible con la hipótesis. Tan poco como 2 horas de jet-lag social pueden aumentar el riesgo de biomarcadores de salud como la obesidad y la diabetes", explicó Parson.
Terrie Moffitt, co-autor del estudio, cerró: "Como punto adición, la investigación que determina esta asociación podría ayudar a concientizar sobre la importancia de prevenir la obesidad, influyendo además en las políticas y prácticas que contribuyen al jet-lag social, como los horarios de trabajo y el horario de verano".
¿Qué es el mega estudio Dunedin Longitudinal Study?
Se trata de un estudio en curso llevado a cabo por la Unidad de Investigación de Salud y Desarrollo multidisciplinario de Dunedin (DMHDRU, por sus siglas en inglés). El Dunedin Longitudinal Study, que es un estudio detallado de la salud humana, el desarrollo y el comportamiento, ha seguido la vida de 1037 niños nacidos entre el 1 de abril 1972 y el 31 de marzo 1973 en Queen Mary Hospital de Maternidad, Dunedin, Nueva Zelanda.
El estudio se encuentra en su quinta década y ha producido más de 1,150 publicaciones e informes.
VIA CLARIN

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